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miércoles, 20 de mayo de 2015

LEER Y ESCRIBIR EN_línea POR MERCEDES SALAZAR PLAZAS

HIPÓTESIS: Leer y escribir En_ línea hoy (Cassany, 2012) es una actividad compleja que necesita maestros que enseñen a los estudiantes a comprender la propuesta didáctica de la red para lograr aprendizajes más significativos y desde una actitud crítica.
Pregunta: ¿Por qué es de vital importancia que el maestro construya en el mundo virtual una perspectiva didáctica desde la que pueda contextualizar los procesos de lectura y escritura de sus estudiantes con el fin de propiciar aprendizajes más significativos?
     
Las anteriores hipótesis y pregunta surgen de la primera parte del libro de Daniel Cassany (2012: 23-116), y llevan  a buscar respuestas a cuestiones como las siguientes: ¿De qué maneras estamos estudiantes y docentes  leyendo o escribiendo en la red?     ¿Cómo interactuamos        online?  ¿Cuáles son las características del acto comunicativo    desde           el         universo       Virtual?  ¿Cuáles son los nuevos elementos que estas  generan en los ámbitos social y cultural?, ¿Qué deben hacer los docentes para trabajar en los universos virtuales, asumir sus cambios, y utilizar de manera creativa las generaciones de herramientas que van surgiendo?. Estas preguntas le exigen al maestro/estudiante encontrar alternativas eficaces a las ansiedades diarias del quehacer pedagógico. En esta perspectiva, Prensky, Lankshear & Knobel (citados por Cassany, 2012: 23) le proponen a los docentes /estudiantes partir del acumulado de los saberes que ya tienen para crear metáforas que sirvan para hacer síntesis de lo nuevo en una imagen que permita comprender de manera instantánea las incesantes transformaciones de la red y los impactos que ellas generan (Cassany, 2012: 23).
Con base en estos puntos de partida, el autor citado analiza los comportamientos humanos que se encuentran en la red y los tipifica con metáforas como las que se exponen a continuación: “Nativos e inmigrantes digitales”[1].”Residentes/visitantes” y “consumidores/productores”[2]. “Web 2.0: la colmena y las abejas”[3]. “El vino y las botellas”[4].   “La letra digital y los superpoderes”. “La red del demonio”( Cassany, 2012: 23-43). Caracteriza las transformaciones ocurridas en los ambientes virtuales y reseña los artefactos o dispositivos que han venido integrándose a la red para propiciar otras formas de comunicar, leer, escribir y usar lo que va surgiendo en el mundo virtual.
Al lado de lo anterior, Cassany diferencia el funcionamiento de los medios tradicionales y de los existentes en el ámbito ciberespacial, y a partir de allí, establece las resistencias al cambio existentes entre académicos y generaciones inmigrantes para apropiarse de herramientas que potencien y tornen más creativos los procesos de aprendizaje.  En consecuencia, sugiere caminos para relacionar  la imprenta, los libros, las bibliotecas con el hipertexto, el intertexto, la multimedia, las multimodalidades,  el plurilingüismo, la multiculturalidad, los géneros electrónicos,  lo virtual, lo inacabado y el trabajo en las nuevas superficies (Cassany, 2012 : 50-58).
El reto que surge de esta apuesta por relacionar las tradicionales formas de comunicación del conocimiento con las emergentes, evidencian el surgimiento de un mundo complejo que exige otras formas de comprensión: unas que permitan acercarse  al mundo digital, a los problemas relacionados con los derechos de autor y a las nuevas dinámicas de las bibliotecas.  De otro lado, el autor propone tomar conciencia sobre los nuevos conceptos y  géneros discursivos – insertar géneros- que nacen de las dinámicas virtuales. Es decir, nos impulsa a hacernos cargo de las exigencias que nos plantea a maestras y maestros crear narraciones que tengan sentido para los nativos del ciberespacio.
En resumen, se puede señalar que la comunicación digital debe estar incluida en los currículos de las didácticas específicas, para que los estudiantes se puedan educar en la escuela en el uso apropiado de la red mediante la exploración y la experimentación sistemática en ámbitos como la escuela/hogar.  Por consiguiente, leer y escribir se han tornado tareas más complejas porque exigen producir “artefactos escritos” diversos  que requieren de unas nuevas competencias específicas que se descubren cuando se trabaja en línea.
Por otro lado, la comunicación en la red también tiene sus complicaciones. Pues el cibernauta se relaciona por medio de ella con múltiples receptores multiculturales con lo que se ensancha la ambigüedad por cuanto no se tiene la capacidad de comprender todo lo que se recibe y se cae en confusiones semánticas. A su vez, las bibliotecas deben adaptarse a nuevos retos para que apoyen el trabajo académico del estudiante y el docente proponiendo estrategias que les permitan trabajar sin importar los tiempos/  espacios donde se encuentren. 
También se advierte la necesidad de que docentes y estudiantes se formen en tecnologías de la lengua para que puedan explorar diversas herramientas en los procesos de enseñanza aprendizaje. Como lo señala Cassany (2012) la red ofrece contextos reales y complejos que exigen a los docentes desarrollar un saber práctico sobre lo cotidiano para motivar y encaminar a sus estudiantes a comprender y hacer uso del saber teórico y académico que propone la escuela, pero siempre relacionándolo con los contextos sociales, políticos y culturales en donde se trabaje. Por último, ante los hechos reseñados, profesoras y profesores debemos aceptar que las tecnologías no tienen vuelta atrás y, por tanto, debemos estar dispuestas/os a comprender sus cambios y a apropiárnoslos de manera creativa para generar aprendizajes pertinentes que se integren e interpelen con los otros que construyen los estudiantes en esferas distintas de la escuela.

Bibliografía

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[1] Se concibe como nativos a los estudiantes que nacieron después de la invención de la red pero que tienen limitaciones para usarla. A su vez, asume que los migrantes pasaron del papel al mundo digital,  como ocurre con la mayoría de maestros de treinta años en Colombia. En consecuencia, esta metáfora sugiere que existen dificultades para que los migrantes digitales se puedan comunicar con los nativos lo que sugiere el reto de superar esta brecha mediante el crear géneros narrativos compartidos para hacer más eficaz el trabajo pedagógico, puesto que los migrantes se pueden apropiar de las nuevas tecnologías y, a su vez, los nativos pueden descifrar las lógicas e intereses que están detrás de ellas.
[2] Los primeros son quienes viven en la red y se comunican por WhatsApp, Twitter,Youtube, LinKedin, Facebook, Skype, entre otros, mientras que los visitantes son los que acceden ocasionalmente a la red y utilizan los servicios mencionados. Por su parte, los consumidores usan las herramientas que encuentran en la red pero no las enriquecen con sus aportes; entretanto, los productores interactúan usándolas pero también reelaborándolas y dándole nuevos usos. Ambos tipos de actores deben establecer las complejas exigencias existentes para comprender y escribir textos en papel y entrenarse en desarrollarlas; pero, además, deben asumir los retos que plantea el leer y escribir en el mundo virtual (Krause, 2010, citado por Cassany, 2012: 31-33).
[3] Esta metáfora caracteriza a los internautas mientras exploran en la red y lo hacen compartiendo información y posibilitando la participación de quienes lo quieran hacer para conformar o consolidar comunidades digitales que se basan en la cultura colaborativa y participativa opuesta a la de autoridades o expertos (JenKins et al., 2006; Carrington et al. 2009; Piscitelli et al, 2010,  citados por Cassany, 2012: 34).

[4] Esta metáfora está relacionada con la anterior porque cuestiona a los empresarios editoriales y a los informáticos que creen trabajar en cultura y educación pero solo hacen labores reproductivas pues construyen, montan y realizan artefactos ya existentes como las botellas.(Cassany, 2012 :35-36)

¿ QUÉ ES ESO DE PEDAGOGÍA Y EDUCACIÓN EN COMPLEJIDAD? POR: MERCEDES SALAZAR PLAZAS

El artículo ¿Qué es eso de pedagogía y educación en complejidad?  Intenta  resolver el problema de la relación entre educación y complejidad en el  marco de las ciencias de la complejidad, para lo cual Maldonado (2014),  elabora un estado del arte sobre el tema.  La tesis que defiende es que en el mundo actual el espacio apropiado de la educación ya no es el de las ciencias sociales, ni aplicadas sino las ciencias de la complejidad. Por lo anterior, justifica su texto a partir de dos argumentos: primero, se debe considerar el lugar de la educación en contextos y tiempos que se caracterizan por ser complejas; y segundo, la elucidación de lo que significa comprender la educación como un sistema abierto, para luego sacar  conclusiones que signifiquen culturalmente las relaciones existentes entre educación y pedagogía con respecto a las ciencias en mención.

El Discurso de este artículo, está estructurado por una introducción, el estado del arte, la pregunta y las conclusiones.  En la introducción, el autor enfatiza sobre el interés que ha surgido en la comunidad educativa, acerca  del tema de la complejidad y  los sentidos que se le han asignado al mismo,tales como: “educación en complejidad”, “pedagogía de la complejidad” y “educación y complejidad”, y que han encontrado eco en las ciencias sociales y humanas. Luego, el autor lo contextualiza  en América  Latina,  por el prestigio que dicho término  ha ido ganando  en las diferentes dimensiones y  niveles sociales y  por tanto se torna ineludible para ser estudiado en el marco de las redes complejas.  Para el caso de la educación- que ha estado asumiendo modas desde los centros de poder y desde las políticas públicas, lineamientos internacionales y redes de conocimiento-,  no es ajena a los contextos y tiempos de este tipo de contenidos.

Por consiguiente, el estado del arte revisa lo relacionado con la educación y complejidad y se inicia desde una evaluación crítica, que permite analizar a la comunidad de educadores y pedagogos a quienes el autor los percibe como representantes de posturas  de movimientos revolucionarios conservadores.  Lo anterior, lo explica  a partir de la  historia del Movimiento Intelectual Conservador Alemán de la postguerra,  quien en su época estuvo orientada contra el comunismo y la democracia capitalista basado en la idea de comunidad,  más allá de la lucha de clases sustentada en: Nietzsche, Thomas Mann, Hugo Von Hoffmansthal  y que tiene gran apogeo en la República de Wimar.  También, se planteó el progreso de humanidad desde la educación para conseguir mejores estadios de la condición humana. La educación por tanto,  ha estado entre ser transformadora/restringente, factor de cambio/disciplinante y normativa, aspecto que la hace ver reflejada en la revolución conservadora. Maldonado, se muestra en contra de estas posturas porque considera que la educación si aporta a los cambios de los procesos sociales y culturales, pero estos necesariamente no se efectúan por procesos y dinámicas educativas, porque para él esto sería reduccionismo y simplismo.

Para encontrar asidero a sus reflexiones, vuelve la mirada a los lineamientos filosóficos de la educación en occidente del siglo XVIII y XIX,  centrados en Rousseau, Pestalozzi, Goethe, W. James, la Escuela de Frankfurt, Piaget y las competencias.  A partir de este contexto, ubica el pensamiento complejo en América Latina propuesto por Morin, con su texto Los siete saberes necesarios para la educación del fututo, que al decir de  Maldonado es un texto débil a nivel argumentativo e epistemológico pero a la vez, reconoce que tiene gran acogida en algunas Universidades de América Latina que han  pretendido hacer un enlace entre educación y complejidad.   Por lo anterior,  explica en este artículo, que la comprensión de los fenómenos, sistemas  y comportamientos complejos no se puede realizar desde la postura moriana sino desde las ciencias de la complejidad que tienen mayor consistencia epistemológica y científica pero poca acogida entre los que se han formado en ciencias sociales y humanas, como el caso de la educación.
Aclara, que las ciencias de la complejidad  son un conjunto de disciplinas, enfoques, metodologías, lenguajes que devienen de la física, la química, la biología, matemáticas y ciencias de la computación, pero que están relacionados con las ciencias sociales y humanas con aportes de la termodinámica, la teoría del caos, la teoría de las catástrofes, geometría fractal, vida artificial, redes complejas y lógicas. Por tanto, el autor considera que en Iberoamérica no conocen los trabajos relacionados con la complejidad y educación con aportes de estas ciencias, porque ha primado la postura de Morín que no tiene en cuenta  las mismas.
  Maldonado con este artículo, quiere dar a  conocer los trabajos sobre ciencias de la complejidad y educación  del contexto anglosajón  para tal fin, cita cinco estudios que permiten afianzar los constructos teóricos sobre el tema: Davis y Sumara (2006) quienes presentan un análisis sobre las ciencias de la complejidad, educación, aprendizaje e investigación, también aportan el concepto de imbricación y a su vez,  discuten sobre la posibilidad  de elaborar currículos no lineales, para demostrar con ello, cómo,  todo lo planteado se puede enriquecer desde la investigación sobre los fenómenos de complejidad no lineales;  Doll et ál. (2006) presentan la compilación de textos sobre los entrelazamientos entre caos, educación y complejidad y  proponen una argumentación a favor de la posibilidad de atender la impredecibilidad en los procesos de enseñanza y aprendizaje para lograr una aproximación más orgánica al mundo de la educación;  Davis y Sumara (2007)  analizan la necesidad de transformar la educación desde varias vías: atender los contextos y los tiempos difíciles e inestables del mundo de hoy y, profundizar en los aportes de las ciencias de la complejidad en los contextos de crisis y fluctuaciones;  Mason(2008) aporta una serie de textos que analizan las relaciones entre complejidad y filosofía de la educación, para que se piense la educación  como un todo, involucrando para ello, procesos sociales, económicos, culturales y la  interdisciplinariedad con las ciencias sociales, humanas, la física y la química;  Osberg y Biesta (2010)  proponen una relación con las conexiones entre complejidad y  políticas educativas, para lograr una mejor comprensión sobre la complejidad de la educación,  como aporte a los desafíos que debe enfrentar desde la dimensión curricular y la gestión, situación que implica hacer uso de los elementos  de las ciencias de la complejidad en diversos  aspectos constitutivos de la educación.  Con lo anterior, el autor  pretende que el lector que tiene una vinculación directa en el sistema educativo, encuentre las diferencias entre la postura de Morín y la Anglosajona y desde ahí,  pueda asimilar de manera rigurosa y sistemática las contribuciones y desarrollos en el marco de las ciencias de la complejidad.  Aclara, que los avances en esta línea están en la Universidad de Alberta en Canadá, la cual cuenta con una revista especializada donde publica trabajaos de pregrado y postgrado sobre el tema de educación y complejidad y desde donde se puede seguir avanzando en la profundización sobre el tema.

Desde esta perspectiva,  la educación en entornos y tiempos de complejidad,  se puede analizar desde la manera como se ha entendido y asimilado en el marco de la pedagogía, la filosofía de la educación, la didáctica y las ciencias sociales aplicadas. Esta significación sobre el tema, según Maldonado tiene serios problemas porque desde allí, no se crean, ni desarrolla, critican conceptos, métodos y categorías.  Por tanto, las teorías acerca de la pedagogía y la filosofía de la educación mantienen sus reservas para la generación de conceptos y reflexiones sobre enfoques y problemas porque ésta se ha quedado en esquemas pasados que no le han permitido evolucionar.  El autor, justifica este fenómeno desde las ideas venidas de Montessori, Rousseau y Goethe, Piaget y otros y lo contrasta con las escuelas y universidades ubicadas en otros contextos culturales diferentes a los maestros y profesores. Para tal fin cita a Michael Serres (2013),  quien propone el concepto de generación pulgarcita, que se relaciona con quien nace con las nuevas tecnologías y redes sociales, o los nativos  y migrantes al decir de Cassany (2012), por tanto la educación debe ser entendida como parte de las NESS. Las NESS son un programa (2010) que tiene como propósito situar a las ciencias sociales en el terreno del siglo XXI,  y tiene como soporte la economía  y se relaciona con la idea de la Comisión Gulbenkian,  de abrir las ciencias sociales (1996).

En este texto se determina,  que el situar las ciencias sociales en el terreno del siglo XXI, significa reconocer que, existe un desfase cultural por parte de las ciencias en relación con los fenómenos, procesos y circunstancias del siglo XXI, lo cual quiere decir que sus procesos y dinámicas no se relacionan con las dinámicas de siglos anteriores; y, también que las ciencias sociales deben asumir otras dinámicas que estén sucediendo en otros lugares y que pueden aportar a los sistemas sociales humanos. Así, el foco está en los fenómenos en desequilibrio o relaciones entre educación y ciencias de la complejidad. Esto se debe a que los procesos y dinámicas educativas se plantean en comportamientos alejados del equilibrio o en constante tensión como lo señalara (Saldarriaga, 2003). Los procesos cognitivos y comportamentales, implican equilibrios dinámicos por tanto,  es de vital importancia la aclaración que se hace sobre lo que significa  formarse y educarse, puesto que la formación se logra al ingreso de la universidad en pregrado y posgrado y la educación se recibe en la escuela primaria y secundaria.

En este sentido, la educación debe pensarse como fenómeno dinámico, ubicado en el mundo contemporáneo, que se mueve en espacios cambiantes y tiempos turbulentos. Por tanto, las aulas de clase, seminarios, talleres o laboratorios deben plantearse como sistemas abiertos, con estructuras y dinámicas relacionadas con el entorno. La formación y educación se caracterizan por las anteriores circunstancias y por ende dan respuesta a ellas. Es por ello, que se debe complejizar la educación para que se pueda entender como una relación entre equilibrios dinámicos y en esta medida, se hace necesario que las ciencias sociales y la educación  se abran a las disciplinas y las ciencias en general, lo cual Implica la no disciplinarización educativa y no linealización de currículos.

Es fundamental que la Educación se perciba como sistema abierto alejado del equilibrio, donde no se enfatice solo en mecanismos, técnicas y modos de enseñar porque se estaría dejando al margen los procesos de aprendizaje. De ahí, la importancia del papel de docente y la manera de asumir la enseñanza, para llegar a la reflexión que se debe realizar sobre los temas y modos que no se deberían enseñar, caso que se ejemplifica en tres casos: la ética, porque el autor  lo ve como contradictorio la existencia de un profesor, un currículo y evaluación para la misma; la metodología de la investigación, porque lo que debe enseñarse son las técnicas;  los fenómenos educativos y culturales, porque solo se debe aprende a pensar y no se enseña a pensar.  Lo que importa es que la educación se entienda como posibilidades de y para la vida, por ello el campo de trabajo es de futuros, contenidos,  restringidos o posibles. Aquí, es donde tiene sentido la carga política del proceso educativo  o de enseñanza y aprendizajes.

Para dar respuesta a la pregunta de ¿Qué sucede en la educación?  Señala que el aula es el laboratorio de la educación, pero lo que importa es entender la manera como sucede la producción de conocimiento en su primera forma.  Complejizar la educación equivale tener como referente el papel del juego, la imaginación, la fantasía, los experimentos mentales, la intuición, las redes de conocimiento, laboratorios, equipos y tecnologías e idiomas.  El trabajo debe ser por gusto y placer y los retos, desafíos y cuestionamientos, critica, autonomía deben generarse con criterios propios. 
La complejidad entonces debe ser entendida desde el interés por el aprendizaje de los sistemas, que pueden adaptarse  como resultado de la capacidad de tiene un fenómeno de ser aprendido. De esta manera el aprendizaje cumpliría con su papel de transformación de patrones, comportamientos y estructuras.  Las ciencias de la complejidad, apoyarían a los sistemas en el buen accionar en el mundo, con rigor para poder contrastar, la complejización de la educación como proceso de indeterminación de los modos de aprendizaje. 

Las conclusiones, se relacionan con la importancia de la educación para las vidas humanas que deben estar por encima de planes y políticas, estrategias, tácticas de supervivencia individual y colectiva. La tarea, consiste en elevar y potenciar la calidad y la dignidad de vida, posibilidades de gratificación de diversas maneras, en contextos inestables de crisis, en tiempos de incertidumbres y fluctuaciones del mundo.
La educación es el ámbito de la interdisciplinariedad, porque es allí donde los aprendizajes tienen cabida. La meta heurística  es determinante para comprender la complejización de la educación, porque ellas comportan el aprendizaje de las soluciones de problemas como aproximaciones, tentativas, abiertos y adaptativos más relacionados a los sistemas de los seres vivos.  La condición para trabajar con sistemas de complejidad abiertos es tener mente abierta.  Por tanto la educación o la pedagogía deben comprender la complejidad en sí del proceso educativo, por lo que se requiere transformarla en un fenómeno con máximos grados de libertad sin linealidad en las secuencias y multicausalidad de la misma.

Este texto  me deja muchos interrogantes: ¿ Cómo debería entenderse la didáctica general, especifica y disciplinaria en el marco de la complejidad?  Si la educación y la pedagogía en complejidad se analizan en el contexto del aula ¿ cómo se complejiza la educación y pedagogía desde lo cognitivo, actitudinal, práxico y la otredad? ¿ Por qué no se incluyen las voces y experiencias de maestros, maestras y profesores sobre sus propias comprensiones de la complejidad  en sí,  de su proceso educativo? ¿ cómo se debe abordar la complejidad en educación y pedagogía desde los entes institucionales que generan directrices educativas en Colombia, con los dispositivos de poder usados en otros contextos desconociendo los propios del conflicto y posconflicto? ¿cómo se debe aportar desde la maestría de educación con énfasis en formación y práctica docente la comprensión de la complejidad en educación y pedagogía incluyendo la didáctica que tiene como objeto de estudio la enseñanza? ¿ cómo hablar de autonomía en la escuela si existe dispositivos normativos que coartan el ser critico, creativo y flexible? Son muchos los interrogantes que surgen de este artículo en contraste con lo que viven los maestros y maestras  día a día y que se expresan en sus lugares de encuentro y de formación pero al final no tienen eco en quienes administran o ejecutan los lineamientos educativos en el país.

Referencias bibliográficas


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MALDONADO, C. E. (marzo-agosto de 2014). ¿ Qué es eso de Pedagogía y Educación en Complejidad? Intersticios Sociales: el Colegio de Jalisco, 7, 23.
SALDARRIAGA, O. (2003). Del oficio de Maestro: pácticas y teorías de la pedagogía moderna en Colombia. Bogotá D.C.: Magisterio.



SEPARADOS Y DESIGUALES: EDUCACIÓN Y CLASES SOCIALES EN COLOMBIA
Por: Mercedes Salazar Plazas

Separados y desiguales: educación y clases sociales en Colombia de García Villegas et ál (2013),  es un documento  que consta de introducción y seis capítulos, que se construyen a partir del resultado de un proceso de investigación,  para dar a conocer y reflexionar sobre la calidad de la educación y su papel en la reproducción de jerarquías sociales en Colombia. Aborda un tema que genera todo tipo de controversias en los ámbitos políticos, educativos y sociales.
 Por lo anterior, utilizan la metáfora del campo de juego inclinado (Roemer, 1998 cita de García Villegas et ál, 2013: 11-12 ) para que se logre imaginar un  partido de fútbol  entre el equipo azul –clase alta- y el equipo rojo –clase baja- en una cancha inclinada a favor de los jugadores del equipo azul que no se desgastan en el juego y además anotan los goles fácilmente, mientras que el equipo rojo tienen que superar a sus rivales, haciendo esfuerzos extraordinarios para correr hacia arriba de la cancha e intentar anotar en el arco del equipo azul ubicado en la parte alta de la cancha.  Con ello, se quiere dar explicación sobre las condiciones que Roemer llama, “circunstancias” tales como: genes, antecedentes, familia, cultura y contexto social,  que determinan la vida de las personas y que están por fuera de su control. Los jugadores de ambos equipos podrán, al decir de Gardner,  tener los mismos talentos y aptitudes, pero son los azules quienes tienen mejores condiciones/circunstancias y por tanto tendrán más facilidad para anotar un gol.
Después de la relación campo de juego y condiciones de vida entre clases altas y bajas, se referencia la educación básica y pública del Siglo XIX ideada para atenuar esas circunstancias, esto quiere decir desde la metáfora de Roemer, un campo de juego nivelado para que el equipo rojo, que juega abajo no pierda el partido antes de jugarlo. Por tanto, a la escuela se le concibe como un “un espacio de formación ciudadana en donde todos podían, sin importar su proveniencia, al cabo de 12 años de estudio, salir con capacidades similares para enfrentar el mundo y jugar el juego social con oportunidades básicas iguales para salir adelante"  (García Villegas, et ál. 2013: 12).  La pregunta  desde donde parte el estudio es: ¿El sistema educativo en Colombia, si logra el propósito de igualar la cancha, de tal manera que aquellos que juegan en la portería en la parte baja tengan la misma oportunidad de anotar goles que los de arriba? De este interrogante surgen otros interrogantes que se plantean en diversas instancias  y grupos de investigación sobre el Sistema educativo Colombiano[1] .  Y se aclara, que otras investigaciones como el caso De justicia (2012); García Villegas & Quiroz, (2011) aportaron para la construcción del marco teórico y el enfoque metodológico[2],  sobre el sistema educativo  que ofrece niveles de calidad diferenciales según  clases sociales y enmarca “un apartheid educativo en donde ricos estudian con ricos y pobres con pobres”.
 De allí, concluyen que el sistema educativo reproduce desigualdad de origen, en donde el medio social se convierte en la inclinación del campo de juego porque dicho sistema no logra la corrección del mismo. Por lo anterior, relacionan esta situación que se vive en Colombia con los efectos de la política de segregación racial en los Estados Unidos en los años sesenta, pero aclaran que el fenómeno de discriminación que surge desde el Sistema educativo colombiano es más grave porque no se visibiliza, por el énfasis que se asigna a la cobertura para igualar oportunidades como se constata en los datos usados para analizar dicho aspecto. De allí, los autores del texto señalan que en este país, se viola el derecho a la igualdad y el derecho a la educación de calidad relevante para las circunstancias de vida.
El primer capítulo, ubica al lector en “El papel social de la educación”, se explica desde dos visiones: la primera, de corte liberal,  afirma que “la escuela favorece la igualdad de oportunidades y con ello la movilidad social”, visión que los economistas llaman “enfoque de capital humano” porque la educación hace parte de factores sociales que permiten que las personas sean autónomas y productivas en la sociedad (Bécquer, 1993; Mincer, 1974 cita de García Villegas et. Al, 2013: 17). La segunda, es la crítica que plantea: “sistema educativo considera, que estos casos son excepcionales y que la escuela favorece el desempeño de los hijos de los ricos y castiga el trabajo de los hijos de los pobres, lo cual sirve para reforzar y reproducir, a partir del capital simbólico de los diplomas, las jerarquías sociales”. Teorías que para los autores tienen parte de verdad y mentira, porque no surgen de análisis empíricos. Consideran que el contexto y momento histórico  determinan si el sistema educativo contribuye a la  movilidad o a la reproducción social o viceversa, porque las situaciones varían entre países  como el caso de EE.UU hoy no tan prospero como en los sesenta, o Italia al norte con excelentes condiciones sociales y el sur con problemas de desigualdad y desarrollo (Putnam, 1993, cita de García Villegas et ál 2013: 18).
Los estudios  sociológicos de educación revisados, señalan la correlación desempeño en el sistema educativo y origen del estudiante, aspecto que Bourdieu y Passeron en el Libro la Reproducción (2001),  confirman con la  eliminación diferenciada de los estudiantes por dos razones: la primera, la correlación entre aspiraciones subjetivas y oportunidades objetivas. La ambición de los estudiantes en relación con la educación determinada por los padres y ambiente familiar; la segunda, el sistema educativo evalúa desempeños escolares con parámetros que favorecen la clase burguesa o alta.  Por tanto, el sistema está diseñado para estudiantes con capital social (posición social, conexiones, presencia, habilidad del lenguaje etc.) predispuestos al éxito, pero no de igual manera para estudiantes de clase baja, que no cuentan con padres profesionales con  capital cultural(lenguaje, actitud, capital cultural, visión de mundo) importante para lograr el éxito escolar, porque los valores que la escuela vehicula con sus dispositivos tiende a favorecer al más favorecido y desfavorece al menos favorecido(Bourdieu, 2002 cita de García Villegas et ál. 2013: 19)
Entonces, si el sistema escolar privilegia culturalmente la clase alta, es porque está próxima a la cultura del sistema educativo con lo que enseña, evalúa y premia. Por tanto, es un sistema que confunde valores de éxito social con prestigio cultural (Bourdieu &Passeron, 2003, cita de García Villegas et al, 2013: 19),  al éxito educativo se le denomina Mérito, y como se desconocen las desigualdades sociales ellas se perciben como naturales y el privilegio cultural y social se refuerza cuando los pobres asumen su situación como propio de su destino.  Para los últimos, el aprendizaje es conquista y para los de clase alta es herencia. Lo anterior significa que la democracia escolar supone democracia social, por tanto las sociedades igualitarias impulsan sistemas educativos capaces de promover movilidad social, pero eso no quiere decir que los hijos de clase alta no tengan la mejor preparación y los sistemas educativos desiguales promueven la reproducción de clases sociales como lo sostiene Giddens (1977)  (cita García Villegas 2013: 20)  Desde ésta perspectiva los investigadores se formularon el siguiente interrogante ¿ Qué podremos esperar de la función social que cumple el sistema educativo en un país como Colombia, en donde existe una separación radical  de clases sociales y en donde los pobres reciben educación de menor calidad?

El segundo capítulo, el “Diagnóstico sobre la educación en Colombia”, toma de base dos categorías, cobertura y calidad en la última década. Para el caso de Cobertura, desde la investigación realizada encontraron avances en educación básica y media de 90, 57 % de 2002 a 100.76% en 2012 y en cobertura neta paso de 84, 39% q 88, 31%., Muestran diferencias en diferentes partes de la geografía colombiana, por eso el grupo de investigadores llaman la atención a los obstáculos  en este campo (Barrera, Osorio; Maldonado y Rodríguez, 2012. Cita de García Villegas, 2013: 25), como repitencia  en colegios oficiales (Sarmiento, 2006 Opi Cit: 25), La extra edad, asociada a deserción y relacionada con repitencia. La diferencia en cobertura presenta un sesgo socioeconómico (Barrera Osorio et al, 2012, cita García Villegas et al, 2013: 25). Concluyeron que la brecha regional, entre niveles de educación y la socioeconómica debe ser resuelta, porque significan desigualdad.
Para examinar la calidad de la educación, los autores revisan los datos de la prueba PISA de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), aplicadas a estudiantes de 15 años de países miembros y voluntarios. Esta prueba evalúa conocimientos y competencias en matemáticas, ciencias y lectura, y distribuye los estudiantes en seis niveles, donde el nivel uno es el más bajo, es donde se ubica la persona que no tiene herramientas para desenvolverse en actividades de la vida cotidiana.[3] Para este estudio analizaron el caso Colombiano año (2012), y encontraron que ocupo el puesto 60 en ciencias, el 57 en Lenguaje y el 62 en matemáticas, datos que evidencia un nivel bajo. Luego, hacen una comparación con países de la OCDE y Latinoamérica y encuentran que Colombia con respecto a unos y otros obtiene los peores desempeños en las tres áreas.
Además, encuentran que las brechas entre colegios privados y públicos son mayores con respecto a los países de la OCDE y  menores en los latinoamericanos. La brecha de género en Colombia ocupa el primer puesto,  es evidente que  los hombres tienen mejores desempeños en matemáticas y las mujeres en lenguaje ( Guiso, Monte, y Zingales, 2008 cita García Villegas, 2013: 31)  del diagnóstico, se concluye que en cobertura hay tareas pendientes en algunas regiones del país, y en Calidad, el Sistema educativo tiene muchas tareas pendientes, una de ellas visibilizar el papel que juega la clase social en la misma.
 En el tercer capítulo,  identifican “ los Factores determinantes en la calidad de la educación: una revisión de la literatura”, y  para tal fin los investigadores proponen tres niveles de análisis: el nivel individual/hogar lo relacionan con las características del individuo y el hogar del estudiante, que Coleman (1996)  en el informe al departamento de educación en EE.UU había aportado a la idea de ¿cómo el sistema educativo era funcional a las políticas de segregación racial conocida como “Separados, pero Iguales”?, con lo cual demostró que las condiciones familiares determinaban el desempeño escolar. También toman de otros estudios con contenido similar como soporte para la investigación.[4]  El  Nivel escolar/colegio, según diversos estudios tiene un gran impacto en la calidad de la educación por tres aspectos: primero, la calidad de los profesores es un factor que incide en el desempeño escolar aspecto que se valida con diversos estudios.[5] Segundo, el nivel del gasto, en la relación entre la cantidad de recursos y desempeño escolar (Lee y Barro, cita de García Villegas et ál, 2013: 38) y El tercero, es el diseño institucional del sector educativo con alto grado de autonomía lo sustentan varios estudios que cita García Villegas para darle rigor a este tipo elemento escogido para el análisis del caso de la calidad de la educación en Colombia[6] .  woessmann (2007), sostiene que la condición ideal es combinar autonomía (metodos, contratación) y control y rendición de cuentas (evaluación de desempeño con pruebas estándar, y control de programas de estudio).
 El nivel  Institucional  hace referencia a las reglas de juego e incentivos en el contexto municipal. Los investigadores asumen el concepto de contexto institucional como “conjunto de reglas formales e informales propias del sistema educativo” desde el mismo analizan que la calidad de la educación se concentra en el nivel institucional y  grado de autonomía de la escuela[7].   Los autores se detienen en dos  temas que han evaluado el impacto del contexto de los logros educativos. El primero, el impacto de la descentralización en el desempeño escolar tiene efectos positivos (Falch & Fischer, 2010; Díaz & Meix, 2012 y Díaz y Rodríguez, 2012, cita de García V. 2013: 39), para el caso de Colombia hay estudios que muestran el impacto de la descentralización en la cobertura y calidad de la educación (Faguet & Sánchez, 2008; Cortés, 2010; Melo, 2005; Opi cit: 40). En segundo lugar, la línea de conflicto armado y logros educativos  llegaron a las siguientes conclusiones: a) las afectaciones a corto plazo al acceso a la educación pueden producir efectos nocivos y de largo plazo en la formación de capital humano; b) la destrucción de infraestructura, ausencia de maestros y reducción de la capacidad escolar afectan la educación secundaria (); c) exponer los hogares a violencia afecta los logros educativos en las mujeres()  Además, señala seis mecanismos causales: reclutamiento infantil, temor, distribución de trabajo en el hogar, cambios en retornos de la educación, la escuela como botín de guerra y desplazamiento de estudiantes/profesores (Justino, 2011 cita de García V. 2013: 41). De igual forma Sánchez & Díaz (2005) evaluaron el impacto del conflicto armado en los resultados educativos y Mina (2004) examinó el impacto de variables municipales sobre calidad de educación y encuentra que no existe relación estadística entre conflicto armado y calidad de educación, y que la pobreza/desigualdad del municipio tienen impacto negativo en la calidad de educación. Con lo anterior los investigadores aclaran los tres factores que inciden en la calidad académica y se formulan la siguiente pregunta: ¿qué tanto el sistema educativo iguala el “terreno del juego”?.

El cuarto capítulo, se reseña la “evaluación empírica: análisis descriptivo/análisis econométrico” para mostrar cómo el sistema educativo en Colombia no elimina las jerarquías sociales sino que, por el contrario las reproduce. Los investigadores recurren a la metáfora de la cancha de fútbol para enfatizar que la educación primaria y media no logra equilibrar el terreno de los jugadores, porque los desempeños escolares que muestran las pruebas oficiales, son desiguales entre estudiantes de diferentes esferas socioeconómicas. 
El análisis lo realizan desde dos hechos comprobados; primero,  “la calidad de educación en América Latina es menor que la de otros países con ingreso per cápita similar” y segundo, la calidad de la educación en Colombia es menor que otros países de la región. Por consiguiente,  Aluden a  factores que inciden en esta problemática como son: el entorno familiar,  la economía del mismo y los asociados al colegio (numero de estudiantes por profesor, tipo de financiación, tipo de administración), con ello, buscan contribuir al debate.
La  exploración empírica la realizaron usando dos tipos de análisis: el primero,   descripción de las estadísticas sobre resultados de pruebas saber 11, del primer y segundo semestre de 2011 con  520.133 estudiantes; segundo,  con  el modelo econométrico para estudiar factores asociados a calidad de educación primaria y secundaria en Colombia, acorde con el hogar, colegio y factores institucionales. La fuente, tomada de las bases de datos del ICFES, con ello realizaron, el análisis sobre calidad de educación desde el desempeño de los estudiantes en áreas similares a la prueba PISA, y así,  cumplir con objetivo de investigación de si  el sistema educativo logra “evaluar el terreno de juego”  tras correlacionar las variables relacionados en los tres niveles ya explicados con antelación. Desde esta perspectiva se puede inferir que un sistema equitativo, sería aquel que no tiene brechas en desempeño escolar asociadas al contexto del estudiante, la institución y la riqueza.
El análisis descriptivo les permitió evidenciar la importancia de la prueba Saber 11, para los procesos de formación de los estudiantes colombianos porque esta determina la entrada a la educación superior de calidad. De otra parte, explican desde las condiciones socioeconómicas individuales del hogar que en Colombia se presentan brechas entre personas de diferentes niveles de ingresos, por tanto la educación se ha vuelto excluyente por los cambios en criterios de evaluación. Es claro que el desempeño escolar en Colombia refleja jerarquías sociales y esto se debe a la herencia y el contexto familiar que tienen injerencia en el mismo, como lo  demuestran los investigadores desde los datos que analizaron.
También encontraron, que las instituciones oficiales tienen promedios bajos en las pruebas saber y los estudiantes que van a colegios costosos tienen los promedios más altos. De lo anterior llegaron a concluir que: “el sistema educativo colombiano refleja desigualdades que persisten fuera de la escuela”, por factores económicos, culturales, educativos  y sociales. Por tanto, los estudiantes de los colegios están separados por la clase social y la calidad de los mismos,  descripciones que respaldan la tesis de la investigación.  El análisis econométrico, con modelos jerárquicos o multinivel, asume que el estudiante pertenece a un contexto (hogar), hace parte de otro (colegio) y aún más amplio (municipio), en donde se agrupan estudiantes  para realizar las comparaciones en tres niveles; aspecto socioeconómico, naturaleza institucional, desarrollo municipal.  De allí, corroboraron la hipótesis, al encontrar un sistema inequitativo puesto en evidencia cuando realizaron la correlación entre nivel socioeconómico y desempeño escolar; sobre el contexto escolar, el sistema equitativo no muestra las diferencias  entre colegios públicos/privados, porque estas, se explican por factores relacionados con las variables; y por último, el contexto municipal muestra que un sistema es equitativo si el desempeño escolar no está asociado a factores institucionales de los municipios, y finaliza argumentando que el nivel más determinante es el socioeconómico.

El Quinto capítulo, trata el tema de los “separados y desiguales: del derecho a la igualdad al derecho a la educación”,  para lo cual, parte con la referencia de la política de separados pero iguales de EE.UU del siglo XIX-XX que consistía en permitir servicios públicos, educación, espacios separados por raza negra y blanca. La política se toma por Plessy, un Afroamericano que no asumió la norma al hacer uso de un lugar para blancos en el tren del Este de Luisiana. La Corte Suprema sostuvo que la segregación era constitucional, porque la separación no implicaba discriminación. De allí, nace la política de Separados pero iguales bajo la protección Federal de la misma. Una política que genero indignación porque mantenía las clases sociales separadas, igual en el campo educativo, aspecto que se suma la desigualdad. Similar es la situación en Colombia porque según los autores se puede hablar de apartheid educativo, alumnos de clase alta en colegios privados, los de clase baja en públicos y de igual forma se evidencia en lo regional, los estudiantes de las periferias tienen peor calidad de educación que los centros, se plantea como una situación dramática porque es un tipo de segregación invisible, con discriminación injusta y silenciosa. Esta condición de separación y desigualdad educativa desde la  clase social es responsabilidad del gobierno y de las élites porque violan los principios de una sociedad democrática. La metáfora del campo, explica el fenómeno de la educación en Colombia, porque reproduce esas jerarquías que afectan notablemente a la infancia. Es vital que se propongan políticas inclusivas, que siguiendo la metáfora, igualen los campos de juego, igualdad de oportunidades, que premien las diferencias en sus circunstancias, como señala Roemer (1998) Opi cit.:87
El derecho a la igualdad y el  derecho a la educación, no se concibe por el efecto de “separados y desiguales” propuesto en las políticas educativas para básica y media en Colombia, porque el acceso a la educación de los colombianos está fundamentada desde los lineamientos legales pero debe tener en cuenta que el acceso  sea sin discriminación, con garantías de permanencia, y adaptabilidad. El sistema educativo, no cumple con los propósitos constitucionales sobre el desarrollo de la personalidad y el sentido de dignidad, por tanto deja que el campo de juego siga inclinado como un obstáculo para “desarrollar la personalidad, aptitudes y la capacidad mental y física del niño hasta el máximo de sus posibilidades”

Las conclusiones a las que llegan con el estudio para responder la pregunta de ¿Qué tanto el sistema educativo logra atenuar las diferencias personales y sociales que afectan la igualdad de oportunidades?  1) el debate sobre la función social que cumple la educación desde la visión Liberal, que ve la educación como camino de movilidad social y la critica, que la ve como mecanismo de reproducción de desigualdades; 2) El sistema educativo en Colombia ha mejorado en cobertura pero en calidad tiene mucho por realizar;   3) Los factores que inciden la calidad de la educación se relacionan con el individuo/hogar, el colegio o institución y las del contexto o municipio;  4) desde el análisis empírico se evidenció que el sistema educativo separa las personas por clase social por tanto la situación de los estudiantes separados y  desiguales, deviene del acceso o no a  recursos económicos, diferencia que se denota entre educación pública y privada. El estudio, comprueba que los niveles de influencia, del hogar, colegio y entorno influyen en el desempeño escolar, pero el determinante más importante es el nivel socioeconómico. Y también la comparación entre EE.UU y Colombia como dos casos en donde se percibe la discriminación, la desigualdad y la falta de oportunidades de aquellos que no cuentan con recursos.

Las consideraciones que se plantean para continuar este debate son las siguientes: primero, profundizar en el tema de calidad educativa en el nivel de básica y media; segundo, debatir sobre el rol de la educación como un mecanismo de integración de clases sociales, para reducir la separación en las mismas; tercero, para plantear un reforma pertinente, debe tener en cuenta que el problema no es solo de colegios públicos, sino en como se administran los mismos, al igual el tema de falta de recursos económicos, sino el tipo de incentivos que los colegios adoptan para mejorar en su desempeño y el uso adecuado de las tecnologías en el aula; cuarto, diseñar planes de acompañamientos especiales para los estudiantes para anular el efecto del tamaño del hogar en el rendimiento académico

Referencias Bibliográficas

Escuela de Ciencias Humanas de la Univeersidad del Rosario. (22 de 2 de 2002). workgroup/procesosacadémicos/Guías de calidad/60_Cómo estudiar un texto. Recuperado el 2015
Escuela de Ciencias Humanas de la Universidad del Rosario. (s.f.). workgroup/procesosacadémicos/Guías de calidad/43a_Cómo estudiar un texto. Obtenido de workgroup/procesosacadémicos/Guías de calidad/43a_Cómo escribir reseñas reconstructivas Guia 43a.
GARCÍA VILLEGAS, et ál (2013). Separados y Desiguales: Educación y clases sociales en Colombi (Primera ed.). Bogotá D.C.: Dejusticia.
GARDNER, H. (2011). Inteligencias Múltiples: la teoria en la práctica. Barcelona: Paqidós Ibérica.






[1] Dejusticia por GARCÍA VILLEGAS, M. & QUIROZ, L. (2011, 2012)
[2] …para resolver los mismos interrogantes que se propusieron para Bogotá, en donde se evidenció que los estudiantes de colegios privados tienen mejores resultados en la prueba del ICFES que los de colegios oficiales y que luego se propusieron para todo el país,  para identificar las mismas connotaciones que en Bogotá.
[3] “…en matemáticas no saber hacer inferencias o interpretaciones de resultados matemáticos simples; en ciencias, el no poder relacionar resultados científicos a elementos del entorno; en lectura, no comprender el texto globalmente ni hacer inferencias” Cita de García Villegas, (2013) :
[4] Lee & Barro (2001); Alemania (Fertig & Smidt, 2002): Brasil (2005); Jordania ( Abdul-Hamid, 2003); Paraguay ( Patrinos &Psacharopoulos, 1995); Banco Mundial en México (2005); Guiso et ál (2008); Colombia y Bogotá (Gaviria & Barrientos (2001a) y (2001b) llegan a concluir que la buena educación es restringida a hogares de menos recursos, esta afirmación la respaldan, Sarmiento et ál. (2000): Piñeros & Rodríguez (1999), sostienen que el nivel socioeconómico es determinante en el rendimiento de idiomas, matemáticas y ciencias. García Villegas Y Quiroz (2011) muestran una separación incluso geográfica, por un lado estudiantes de clase baja y media baja estudiantes de colegios públicos con menor número de años escolares y peores rendimientos académicos, y por otro, estudiantes de clase media alta y alta de colegios privados con mayores años educativos y mejor desempeño en pruebas oficiales, coincide en este hallazgo Sánchez & Otero (2012); Citados por García Villegas (2013)
[5] Fertig y Schmidt (2002); Rackoff (2004) ; Hanushek y Woesmann(2007); Chaudhury et ál (2006); Rogers et ál ( 2006); Gaviria & Barrientos (2001a). Segundo, el Nivel del gasto, relacionando cantidad de recursos y desempeño escolar. Lee & Barro (2001) están de acuerdo con lo anterior pero Hanushek & Woessmann (2007); Heneveld y Craig(1996); Roesmer (1998) sostienen que la calidad de educación se debe a buenos profesores, diseño de instituciones y factores individuales de estudiantes. Gaviria Y Barrientos (2001b)  sostienen que en Colombia el problema de la educación pública es de incentivos y estructura organizacional, aspecto que refuerza Rodríguez /2010).  El tercero, es el diseño institucional del sector educativo con alto grado de autonomía hay varios estudios soportan este aspecto: Alvarez, García, Moreno y Patrinos (2007);  Fuchs & Woessmann (2007); Galiani & Schargrodsky (2002); Hanushek & Woessmann(2007); Vegas (1999). Además hay otros estudios que muestran aspectos positivos cuando a las instituciones se les pide cuentas como Bishop (1997); Carnoy & Loeb (2002); Fuchs y Woessmann, 2007); Hanushek & Raymond (2005); Hanushek ( Cita de García Villegas, 2013 :
[6] soportan este aspecto: Alvarez, García, Moreno y Patrinos (2007);  Fuchs & Woessmann (2007); Galiani & Schargrodsky (2002); Hanushek & Woessmann(2007); Vegas (1999). Además hay otros estudios que muestran aspectos positivos cuando a las instituciones se les pide cuentas como Bishop (1997); Carnoy & Loeb (2002); Fuchs y Woessmann, 2007); Hanushek & Raymond (2005); Hanushek
[7] (Galiani & Schargrodsky, 2002; Gunnarsson, Orazem, Sánchez y Verdisco, 2009; Hanushek y Woessmann, 2007; Vegas, 1999, cita de García Villegas, 2013: 38). Sindicatos (Álvarez et ál, 2007 cita García Villegas. 2013: 28);

miércoles, 25 de febrero de 2015

POSTMODERNIDAD Y EDUCACIÓN, LA CONDICIÓN DE LA POSTMODERNIDAD

Investigaciones sobre los orígenes del cambio cultural. 4ta Parte: la condición de la posmodernidad, (HARVEY, 2008) pp: 359-372; Educación en la sociedad moderna posmoderna. Desafíos y oportunidades. (RUÍZ ROMÁN, 2009)PP: 173-188


La educación debe responder a las condiciones sociales, políticas, culturales, económicas, tecnológicas y comunicativas que propone la  posmodernidad en la formación de ciuda-danos dialógicos, críticos, reflexivos y propositivos.

Para explicar lo anterior, se deben retomar las argumentaciones de la historia de la postmodernidad y de la educación en la sociedad posmoderna. En primer lugar,  es preciso volver la mirada al momento en que la historia de la posmodernidad plantea que las prácticas estéticas y culturales están expuestas a transformaciones de la experiencia en el espacio y el tiempo, y que ellas pueden construir las representaciones de artefactos resultantes de la experiencia humana que siempre oscila entre el Ser y el Devenir[1].

En segundo término, es necesario retomar la geografía histórica de la experiencia del espacio y el tiempo en la vida social -en cuyo escenario aparece la escuela-, para comprender sus condiciones materiales y sociales. En tercera instancia, es pertinente asumir los procesos históricos del mundo occidental posteriores al Renacimiento. Con base en estos tres elementos se puede evidenciar que las dimensiones de espacio y tiempo han estado sometidas a la circulación y acumulación de capital.  

Por tal razón, la sociedad posmoderna proviene de un proceso histórico y geográfico que en cierta medida la determina. Pero, en especial, esta sociedad es reflejo de una  economía especulativa que se mueve entre la opulencia y la miseria e incide en la transformación de los contextos sociales. A su vez, el posmodernismo como juego de espejos que se reproducen a sí mismos revela que lo que se produce culturalmente, en los procesos histórico-geográficos, dan cuenta de la visión global. Ella se expresa en lo estético –en el arte, pintura, música, el grafiti, el performance...-, para darle, en ocasiones, estética a la miseria con lo que termina trivializándola y, por tanto, desconociendo la ética. Con esta actitud abre espacio a la política carismática y al extremismo ideológico. Por consiguiente, para comprender estas tendencias se requiere de teorías capaces de estudiar la producción y el pensamiento desde la condición postmoderna.

En estos contextos, es imperativo tener en cuenta las transiciones entre el fordismo moderno y el postmodernismo flexible que se caracterizan por oscilar o pendular entre centralismo -descentralismo; autoridad- deconstrucción; jerarquía-  anarquía; permanencia- flexibilidad; división del trabajo-sociedad. En consecuencia, la separación entre modernis-mo-postmodernismo desaparece para dar paso a nuevas dinámicas internas en el capitalismo; a su vez, ellas exigen volver al debate sobre las causas y la historia.

En tales circunstancias, la especulación de capital y las lógicas que lo sustentan  suelen desconocer que cada ser humano posee las facultades de improvisación, modeladas por la experiencia, que le dan posibilidades de crear productos, como lo acota Bourdieu. Asimismo, los límites para producirlos se establecen históricamente por cuanto realidad /límites se convierten en apegos a lo ya establecido. En estas condiciones de reproducción de lo social y simbólico –en medio de la diferencia y la otredad-, resulta pertinente elaborar críticas sobre la crisis de la experiencia del espacio/tiempo en el sistema económico para generar cambios en la dialéctica del pensamiento y la producción de conocimiento. No hay que olvidar que Marx sostuvo en una situación similar que “siempre construimos la estructura en la imaginación antes de llevarla a la realidad”.

Pues, hoy se advierte que el  arte que se reproduce electrónicamente -y permanece en la red en bancos de imágenes-, tiene en su trasfondo relaciones de clases que operan en un sistema de producción y consumo particular. En estas circunstancias, pareciera que las políticas culturales definen el orden simbólico a partir de la producción constante de imágenes sobre el mundo. Al mismo tiempo, el desarrollo de la producción cultural y el marketing global se convierte en agente que comprime el espacio/tiempo porque proyecta las mismas imágenes en cualquier lugar: museo, casa, sala, habitación, etc. Walter Benjamin lo expresa a su manera señalando que todo lo que habitamos o nos circunda sugiere que el despliegue de una fotografía puede invadir los espacios incons-cientemente; pero esto ya ha sido reemplazado por un espacio que se explora de forma consciente (Benjamin, 1969: 236).

En resumen, es importante examinar las respuestas de los efectos de la compresión sobre el espacio/tiempo. Ellas son las de: a) escabullirse en el silencio e inclinarse al carácter de todo; b) negar lo complejo del mundo y tratar de representarlo con retórica simple; c) encontrar un punto intermedio para la vida intelectual y política entre la gran narrativa y la limitada; d) comprender espacio/tiempo desde la construcción de un lenguaje y un imaginario que lo refleje y controle. Si se tiene en cuenta el caso de chica esquizofrénica, se debe recordar que Deleuze, Guattari y Foucault recomiendan adaptarse a los esquizo-flujos porque ellos animan las artes y las ciencias.

Por otra parte, en el caso de del materialismo histórico, es necesario recordar la crítica que señal-,dolevar ítica del capitalismo,ó que no era claro el vínculo entre la teoría y el materialismo histórico en cuatro áreas importantes: 1) la otredad para analizar la dialéctica del cambio social; 2) el reconocer que la producción de imágenes y discursos tienen que ser analizados como parte de la reproducción y transformación del orden simbólico; 3) el aceptar la importancia de las dimensiones espacio/tiempo; y 4) que existen geografías de la acción social, territorios y espacios de poder vitales para la organización geopolítica del capitalismo y, también, lugares de diferencias y otredades desde donde comprender el desarrollo del capitalismo. Si el materialismo histórico estuviera dispuesto a trabajar estos puntos podría hacer en serio su labor.

A su vez, los espejos que se desvanecen y se fusionan en sus orillas pueden interpretarse desde teorías, como la de Tylor, que convocan a volver al realismo como un medio para situar las prácticas culturales desde una perspectiva ética, o la de la deconstrucción cuando se interesa por el retorno a lo ético. En suma, si el materialismo histórico se renueva en esta dirección, es posible desde allí entender la postmodernidad y atacar la narrativa de la imagen, pasar de la ética a la estética, y del Devenir al no Ser en búsqueda de la diferencia y el proyecto de ilustración, como lo expresa Poggioli: “para los modernos es cálido solo en virtud de potencialidades del futuro; como la matriz del futuro en la medida en que avance la historia en continuas metamorfosis y sea vista como una revolución espiritual permanente” (Poggioli, 1986: 73). El Debate continua entonces sobre el Devenir.

En este panorama, la educación no es ajena a la tendencia actual de la posmodernidad. Pues, a más de relacionarse con el arte, tiene también como principio básico a las ideas que han venido emergiendo como condición para la cultura social.  De ahí, que la escuela asuma un papel relevante, porque es el espacio en donde se puede estudiar e interpretar la realidad desde la construcción de una  propuesta educativa. Pero ella debe iniciar el camino interrogándose por las características de la condición posmoderna,  el ser humano a formar en la misma, y la incidencia que tiene el sistema valorativo en la función de la escolar.

Sin embargo, el concepto de posmodernidad es difícil de definir de manera puntual y definitiva como lo aceptan diversos autores (Gimeno, 2002; Pérez, 1994; Ayuste y Trilla, 2005; Barrios, 2008; Ruiz Román, 2009). Con todo, algunos teóricos concuerdan en que la condición contemporánea es diferente a la moderna y, por tanto, se la puede nombrar como posmodernidad:

La tendencia social, más o menos clara. Un nuevo modo de pensar y sentir de las personas, que afecta a la forma de vivir, la familia, la amistad, la educación, el trabajo, el tiempo libre, la participación política y solidaridad…Aparece presente en todos los campos de la vida social: desde los anuncios hasta los libros más filosóficos, pasando por canciones de moda, programas de televisión, el cine, las ONGs, partidos políticos,…se alimenta de la vida, y a la vez, se hace cada vez más influyente a través de los medios de comunicación (Lipovetski, 1990).

Mientras, para algunos la posmodernidad se aleja de la modernidad porque es su fin; para otros, lo que existe es continuidad entre una y otra condición, debido a que se presenta su evolución. Los puntos de encuentro sobre el tema están puestos en la definición de posmodernidad con respecto a la modernidad que se caracteriza por la confianza en la razón, ya que desde allí construye formas de convivencia y relaciones sociales en colectivo que se aparta del dogma religioso, el poder aristocrático, el privilegio de antiguas relaciones humanas. De esta manera, se privilegia la ciencia y la razón se convierte en un instrumento importante del Ser Humano porque puede así organizar el sistema de gobierno, la administración de las cosas y la actividad científica y técnica (Pérez, 1994).

De otro lado, la modernidad refiere la confianza del progreso futuro de la humanidad, desde su capacidad intelectual, es decir la fe en sí mismo para el desarrollo humano, técnico y científico. Por último, el hecho de creer en la razón conlleva a buscar el ideal de belleza (estética) y el bien (ética) (Ibáñez, 2005: 29). En conclusión, el modelo de desarrollo y comportamiento la cual se impone como única y verdadera forma de racionalizar la civilización.

Así, lo que aporta la postmodernidad a la modernidad, en primer lugar, es el escepticis-mo acerca del progreso continuo. Pues como lo indica Váttimo, al seguir los postulados de Lyotard, y argumentar que Auschwitz,  refuta la racionalidad, que ilustran bien los siguientes ejemplos: de la revolución proletaria que es refutada por el hacer de Stalin; la democracia emancipadora, por mayo del 68; la validez de la economía por la crisis del sistema capitalista (Váttimo, 1991). En el paso del siglo XX al XXI, desde donde hubo dos guerras mundiales; holocaustos y amenazas nucleares; el abismo entre países ricos y pobres; la inmigración y el inoperante de los organismos internacionales; la vulneración de DD HH, los fundamentalismos y la corrupción; la explotación sin control de recursos naturales, destrucción del medio ambiente y la crisis económica, financiera global, entre otros aspectos. Estos argumentos los toma la condición posmoderna como camino para dejar atrás la modernidad, pero el cómo hacerlo ha generado diversas posiciones –entre ellas, las de Vattimo, 1991; Ayuste y Trilla, 2005; Ibáñez, 2005-, que Harvey las sintetiza en dos:
1.                  La del postmodernismo reformista, que Habermas define como una corriente crítica a la modernidad, con límites para reformar y reformular sus propuestas (Vattimo, 1991), y la que buscaría corregir excesos y debilidades de la razón.
2.                  La del postmodernismo crítico-radical –que proviene de Nietzsche vía Heidegger-, y elabora una crítica para superar la racionalidad instrumental, propuesta desde Occidente en los últimos tiempos (Finkielkraut, 1987; Rorty, 1982; Vattimo, 1991 y 1996). En síntesis, la posmodernidad llevaría a instalarse en el desencanto de la Razón, como cierre del proyecto moderno que busca otros parámetros sobre los cuales construir sociedad.



Por tanto, la posmodernidad asume que el mundo de la razón se convirtió en amenaza porque la técnica creó armas nucleares que van contra de la vida de los seres vivientes; a su vez, la política y la economía, permeadas por la corrupción, se han convertido en lo que Gianni Vattimo (1996) llama “la organización técnica, científica y económica del mundo culminan en el establecimiento de un dominio que en el fondo es de tipo militar”.

Es decir, esta posición sostiene que como la razón de tipo filosófico condujo a la humanidad en los dos últimos siglos desencantarse de la racionalidad, se debe replantear esta situación. Como alternativa, Lyotard propuso cuestionar las metanarrativas que aspiraban a construir relatos totales que supuestamente contenían verdades absolutas pero que, en cambio, llevaron a fracasos-guerras, a ideologías como el marxismo que generó dictaduras y pobreza, o al capitalismo que ahondó la miseria y mantuvo el derroche. Estos grandes relatos que querían explicarlo todo erosionaron con la búsqueda de ideales a seguir.

Por su parte, Nietzche y Heidegger invitan a dejar de lado la neurosis cartesiana que está unida a la búsqueda de la certeza absoluta y los valores espirituales eternos (Rorty, 1982). Por consiguiente, la postmodernidad busca relativizar la racionalidad como instrumento esencial de la civilización y abre una puerta para las emociones, la experiencia, la alteridad que pueden aportar de forma significativa en los modos de vida y el progreso ( Bauman, 2004). A partir de allí, se pretenden crear espacios para que haya múltiples perspectivas, voces y enfoques polifónicos, fragmentación de pensamiento, diversas verdades, lo cual hace imposible la única verdad (Derrida, 1995).  Entonces, si el saber no es universal, si es posible hablar de  lenguajes y prácticas que no deben ser legitimadas por las instituciones superiores (Focucault, 1984; Ibáñez, 2005). De ahí que hoy se apueste al respeto a lo diverso y a la escucha de voces que vienen de las culturas y subculturas, de los grupos minoritarios e individuos que cuentan muchas historias o historia multiversal (Marquard, 2000), que deviene de la historia universal.

Dado lo anterior, la pedagogía en la postmodernidad vislumbra otro panorama diferente a la propuesta por la escuela occidental basada en la razón  de la condición moderna: la de la escuela trasmisora de verdades absolutas, con categorías universales, currículos con contenido científico, prácticas pedagógicas que no generan espacios y tiempos para confrontar ideas de forma respetuosa porque predomina el Dios Razón-.  Así, el saber surge de la concepción instrumental y tecnócrata de la racionalidad (Deleuze y Guattari, 2001), en donde el rol del maestro se reduce a técnico-trasmisor de contenidos editoriales, expertos y administrativos,  pensados para generar un modelo tecnocrático que oculta la ética de la instrucción, pues

aunque se cuente con una educación democrática, el modelo educativo es colonial, diseñado para formar maestros con métodos que devalúan la dimensión intelectual de la enseñanza… Es continuar discapacitando a los maestros y estudiantes, de forma que caminen de manera irreflexiva por el laberinto de los procedimientos y las técnicas (Chomsky, 2001: 10).

En consecuencia, el reto a asumir es el de apostarle a formar a un maestro que se piense de manera crítica desde su saber y hacer pedagógico, que esté acorde con el modelo de sociedad y estudiante que  debe ayudar a construir. Es  esto lo que lo diferencia del técnico al que no le interesa acceder al conocimiento científico. Como se puede advertir, este enfoque reduce la consideración social del mismo docente y lo subordina al mero decir científico (Pérez Gómez, 1993: 11). Lo dicho lleva a proponer  una escuela en la que profesores y estudiantes sean independiente en lo intelectual y, por ende, aspiren a construirse una actitud crítica que les permita resistir a las imposiciones que vengan de esa sociedad de la razón instrumental.

Asimismo, la sociedad postmoderna navega en una avalancha de informaciones y signi-ficados que pueden ser enriquecidos con el uso de  las tecnologías de la información y la comunicación pero, a la vez, pueden conducir al caos y anarquía, porque generan riesgos de indefinición y desorganización sobre lo que representa la sociedad actual (Pérez Gómez, 1998: 130). Así las cosas, la cantidad de información aunada a la impaciencia característica de la sociedad actual (Bauman, 2001: 220), no dejan espacio ni tiempo para hacer reflexiones individuales y colectivas que permitan pasar de la mera información al real conocer. Pues esto ocurre cuando se construye significado desde experiencias previas que, además, se contextualizan desde la subjetivad (Gimeno, 2001: 220).

En resumen, la educación adquiere un papel esencial. De ahí que las instituciones educativas deban propiciar que el maestro se convierta en un agente que apoya a sus estudiantes para que sean críticos de la información a la cual que y, en consecuencia, pueden contextualizarla, darle sentido e interpretarla de manera adecuada contras-tándola con sus propias experiencias individuales y colectivas. Por este camino, los discentes lograrán reflexionar, confrontar, rechazar y recrear contenidos desde un acto crítico reflexivo. En conclusión, los significados culturales son contenidos que deben plantearse como una oportunidad para que el estudiante los reinterprete, los reconstruya y los organice de manera crítica. De esta manera el conocimiento fragmentado que está inscrito en  el saber postmoderno afina la sensibilidad ante lo diferente y lo plural.

Esta postmodernidad abre la puerta de la escuela a la cultura plural y,  por ende, la educación debe preocuparse por la diversidad y por garantizar la igualdad de oportunidades. Con este propósito debe afinar las estrategias de aprendizaje mediante una flexibilidad que sea acorde con las características de los estudiantes y, también, con un conocimiento que responda a sus intereses y necesidades. La condición postmoderna, pues, debe contribuir a reducir las desigualdades sociales, culturales desde una diversidad que compagine con la comprehensión desde la escuela. Para asumir este propósito necesita combinar lo universal con lo particular, lo común con lo particular, y elaborar un currículo que relacione lo común con los ciudadanos iguales con otro que tenga en cuenta el respeto a la diversidad y a la libertad.

En este contexto es permitente advertir que el desconcierto que vive la  escuela se debe a  que transita por la sociedad de la información y en medio de la heterogénea y fragmentada sociedad postmoderna que ya no acepta como único el referente conceptual ético o epistemológico. Los conflictos actuales se expresan en los problemas de comunicación y violencia al interior de la escuela entre y con los diferentes actores que conforman la comunidad educativa. En estas circunstancias, la escuela debe ir más allá de los paradigmas epistemológicos y éticos, en donde la ética propicie diálogos que faciliten entender al otro mediante el contrastar las propias elaboraciones, el detectar las contra-dicciones, distorsiones y malentendidos que ocurren en los procesos comunicativos al interior de las culturas y entre ellas (Pérez, 1998). Es decir, apostarle a propiciar una convivencia solidaria, argumentada y basada en la ética pública (Torres y otros, 2014).

En suma, las instituciones educativas tienen el reto de abrir en la institución, en las aulas, los patios de recreo y en todos sus lugares, espacios donde crear un contexto adecuado para el debate colectivo enriquecedor. Unos  en donde los estudiantes vivencien experiencias del otro y con el otro, a partir de una comunicación asertiva desde la otredad y mismidad. Por esta vía se podrá generar el desentrañamiento y el extrañamiento entre sujetos y comunidades para mirar el otro que hay en mí, como lo expresa el poeta Antonio Machado en Proverbios y Cantares III: “Busca en tu espejo el otro, al otro que va contigo”.

Esto exige poner en escena la colaboración y la empatía dentro del proceso educativo. Ellas –la colaboración y la empatía- posibilitan contrastar lo cognitivo, propician el descentramiento y el abrirse a lo diverso y a lo afectivo. También animan a conocer otras experiencias, asumir riesgos y desprenderse de sí mismo sin caer en el ridículo, en la explotación y devaluación de imagen –característica postmoderna-, o en la discriminación como lo señala Pérez (1998: 172).  La alternativa, pues, está puesta en la comunidad educativa que puede construir espacios confiables y ámbitos de relación de padres, maestros, estudiantes, que cuestionen los esquemas, ideas y valores, pero en un clima de respeto.
BIBLIOGRAFÍA

HARVEY, David. (2008) La condición de la postmodernidad: investigaciones sobre los orígenes del cambio cultural 4ta parte. Buenos Aires. Amorrortu Editores. 
RUÏZ, Román. (2009) Educación en la sociedad postmoderna: desafíos y oportunidades. Revista complutense de educación vol. 21. Núm. 1 ISSN: 1130-2496,  173-188. 







[1] En general, y a partir de la filosofía griega clásica, el hablar del ser como "devenir" marca la oposición a una concepción del ser como algo estático, y se suele considerar las posturas defendidas por Heráclito y Parménides como representativas de una y otra posición, respectivamente. Se ha entendido, pues, que el "devenir" sea oponía al "ser", en el sentido de que el proceso de ser, o de "llegar a ser" algo, se opone a la inmovilidad del ser. La afirmación del devenir, del ser como proceso, se identifica con una concepción dinámica de la realidad, de la que suele considerarse a Heráclito de Éfeso como su más representativo defensor (Diccionario de Filosofía).